viernes, 30 de septiembre de 2011

Interesante? No.

''Cualquier tiempo pasado fue mejor''. Completamente de acuerdo, señor Manrique, al menos en ciertos aspectos. Y es que aún sin tener en cuenta el abandono del blog, la poca inspiración que me llega para continuar el otro... Analicemos el problema: normalmente, cuando no soy capaz de escribir es que estoy enfadada, cansada, harta de algo. Sí ya sé que hay entradas de indignación y demás, pero no nublan todos los aspectos de mi vida. Ahora sí, lo que me llena de asco y repulsión no sé muy bien hacia qué.

Sigamos analizando. Primero de bachillerato, sí, bien. Ya me ha quedado claro que no es quinto de la E.S.O blablabla. De momento, con calma, vamos bien. La EOI ya ha empezado, de momento también bien. Del taller de teatro nunca más se supo y tal... Bueno, sí, hoy se acababa el plazo para inscribirse y demás, ya se me comunicará si me han cogido y tal.

Relaciones. Y he aquí donde radica el mayor problema. Y es que hay ciertas personas que ya no soporto. Personas que consideraba muy cercanas me han defraudado recientemente. Y alegarán, ''bueno, Berta, tampoco tú te has portado muy bien que digamos''. Cierto, no lo he hecho. Porque estoy muy harta de tener que recoger vuestra mierda y encima poneros buena cara.
Mira, todos los sueños, las ilusiones que me habéis arrebatado... es que ya no tengo ni ganas de usar la metáfora contra todo eso. Es que no puedo, me sobrepasa. Y luego, aquí no pasa nada. Está todo bien. Está todo mal!! (frase de anuncio).

Y se acabó, yo no quiero seguir dando la mano y que me cojan el brazo. Si no sabes lo que es la amistad, pasa de mí. Si no entiendes que existe algo más en el universo a parte de tu ego exacerbado y esas ganas de aburrir con tus propias cosas, cuéntaselas a otro que no tenga que oírlas 25 horas al día. ¡Ya está bien! Ya está bien de poner caras extrañas cada vez que digo algo, sea de lo que sea, de corregir mentalmente todo lo que digo y de usar lo que digo o hago en mi contra. Vale ya, me cansa demasiado. No me cargues con tus cosas, vete a soltar tus milongas a esos por los que luego me plantas y fuera. Y sobretodo: no me pidas nada, pero nada, que no estés dispuesto a dar a cambio.


Y con esto y un bizcocho, mañana paseo literario a alegrarme un poco.